martes, 30 de julio de 2013

¿Quiénes juzgan a los jueces?

¿Quiénes inspeccionan a los inspectores de trabajo? ¿Quiénes juzgan a los jueces? Por todo el estado español existe una indignación contenida contra la democracia capitalista, contra todas sus instituciones; pero, existe a la vez una sensación irrefrenable de temor por estimar que algunas son intocables, por ejemplo, la Inspección de Trabajo y la Judicatura.

Ambas están relacionadas con la justicia, que forzosamente debiera ser imparcial ya que sobre sus manos recae la honorabilidad de la democracia, pues en primera y última instancia son veladores de los derechos y libertades del pueblo. Más se dan casos, demasiados, en el que la corrupción están presentes en ambas instituciones estatales ¿Por qué?

Porque una democracia clasista, que derrama corrupción a borbotones, demuestra que todos los antivirus están desactivados, no funcionan, o peor aún, las salvaguardas son tan corruptas como el sistema que defiende. Y es lógico que ninguna institución escape a la perversión del régimen que la ha creado. De tal palo, tal astilla, dice el refrán popular y en este caso no se equivoca.

Por boca de los jueces y por la propaganda de los apologistas del sistema, sabemos que la justicia no es clasista y nos lo quieren demostrar con una serie de casos en los que son imputados altos dirigentes del régimen; aun así, en más del 80% de los casos son demostraciones fallidas o falsas. La justicia hace el paripé, pero no culmina en ninguna condena, o son muy poquitos los condenados. Pero, que los ricos entre sí se peleen y apelen a la justicia para zafarse unos de otros, no quiere decir que la justicia sea interclasista. No, porque no puede serlo.

El clasismo de la democracia y por lo tanto, de la justicia se ponen evidencia cuando en el pleito interviene el obrero contra el patrón o viceversa. Aquí no hay escapatoria. En primer lugar, un patrón despide al obrero porque sí, no tiene más que argumentar y el obrero debe marcharse a su casa, con lo cual, queda demostrado que el patrón se convierte en juez de primera instancia, que juzga al empleado subjetivamente y esto prevalece en principio, riéndose de todos aquellos que hablan de la presunción de inocencia. La presunción de inocencia existe para quienes matan a sus hijos, a su mujer, para un patrón que fustiga con mil armas a sus trabajadores, pero para el trabajador contra el patrón, nada de nada. Después de haber sido juzgado y condenado por el patrón, el obrero puede apelar, menos mal, a un segundo juez, que en definitiva, de una u otra forma le da la razón al patrón, porque el trabajador se queda en la calle. Esta es la esencia de la justicia clasista.

El caso no queda ahí, cuando un trabajador siente la represión directa del patrón, o por su conciencia no está de acuerdo con las tropelías del patrón, recurre en más de una ocasión a la Inspección de Trabajo y es cuando comienza a ver, que todo aquello del Estado de Derecho, de que la Justicia es igual para todos, es una pura mentira, como todo lo que sucede con el sistema. Y no puede ser de otra forma. El inspector hace como el que te escucha y si ve que presentas alguna debilidad, intenta convencerte con malas artes. Porque el mismo inspector critica la actitud del patrón, hace como el que va actuar, sin darse cuenta el trabajador, que cuando actúa es cuando habla mal de la empresa, porque luego va dilatando la actuación, pone en guardia al patrón y mira hacia otro lado.

¿Para qué sirve la Inspección de Trabajo? para poner multas ridículas, para avisar al patrón, para retardar lo más posible el caso. ¿Es que si el Estado es corrupto, puede haber alguna institución que no lo sea? Es evidente que no. Un estado es el conjunto de las instituciones que lo conforma, así que un estado es corrupto cuando lo son sus instituciones, lo contrario es una falacia.

De ahí, que los amantes del sistema capitalista, o sea, los corruptos, se desvivan por proclamar la pureza de la judicatura. Y aquellos que dicen ir en contra del sistema, contra su corrupción, contra los corruptos, pero que luego apela a la justicia como única alternativa, no son más que unos traidores en toda regla.

Que un comité de empresa, que un partido político debe recurrir a los estamentos jurídicos, no se discute, en tanto, que sea para demostrar al pueblo que estos solo sirven para frenar las luchas de los trabajadores y para garantizar y perpetuar el sistema de los explotadores a los cuales presta servicio. Pero acudir a la justicia buscando justicia, valga la redundancia, es cuando menos el colmo de la necedad o esconde el no querer ir de verdad por lo justo. Porque el Estado no puede nunca, porque moriría absurdamente, crear, desarrollar y proteger su arma suicida.

Y decimos nosotros ¿Quiénes inspeccionan a los inspectores de trabajo? ¿Quiénes juzgan a los jueces? Muy sencillo, el capitalismo.

FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO (FUP)

1 comentario:

  1. "si las leyes son producidas por la burguesia, solo se juzgan a los oprimidos".-

    ResponderEliminar

Añade tu opinión sobre este artículo